Canción de amor para ti

Cuando pienso en ti sabiendo que tan lejos estas, cuando siento que te encuentro y no te puedo hallar, cuando quiero verte amor me preparo a soñar, cierro los ojos y tal vez ya te pueda abrazar. Quiero verte, quiero hablarte, quiero ver donde estás, saber que lo que estoy sintiendo tendrá al fin un final, que mis manos en tu piel volarán sin cesar, y ese te quiero querer nos podrá recordar que la vida nos fue bien o quizá nos fue mal pero que en el corazón nuestro amor ya podrá descansar. Hay latido y hay aliento, hay sonido en tu mirar. A mis brazos la zozobra nunca más volverá, por que ese beso que nunca te di, es el mismo que ahora me acerca a ti, y podré por fin a tu lado vivir. Y podré por fin a tu lado vivir. A tu lado vivir.

Círculos viejos

A que hablar del firmamento cuando recuerdo tu pelo, miles de estrellas limpias que forman melena al viento; a que hablar del mar de plata, de las olas que en su anhelo traen a la orilla tus manos envueltas en terciopelo; a que hablar de la arena en la que guardas tu cuerpo ansiado como ninguno cerrado en ese secreto; porqué hablar de las hojas que te acarician pasando cerca de esos brazos tuyos a los que agarrar me quiero; a que hablar de ese perfume en el que viven tus besos, esos labios color rojo que me ofrecen su tormento, y hacen mi deseo altivo ser cordero en el degüello; a que hablar de todo eso. A que hablar de los otoños, los veranos, los inviernos, esas primaveras llenas de irrepetibles deseos, de pensamientos oscuros, de miradas sin sosiego, de verbos que danzan solos y me dejan sin aliento. Porqué hablar de tantas cosas, de tantos círculos viejos, si lo que siento se dice muy rápido y en silencio, escucha estas dos palabras que me salen desde dentro tranquila y sencillamente amor, yo simplemente te quiero, yo simplemente te quiero, yo simplemente te quiero.

Círculos viejos

A que hablar del firmamento cuando recuerdo tu pelo, miles de estrellas limpias que forman melena al viento; a que hablar del mar de plata, de las olas que en su anhelo traen a la orilla tus manos envueltas en terciopelo; a que hablar de la arena en la que guardas tu cuerpo ansiado como ninguno cerrado en ese secreto; porqué hablar de las hojas que te acarician pasando cerca de esos brazos tuyos a los que agarrar me quiero; a que hablar de ese perfume en el que viven tus besos, esos labios color rojo que me ofrecen su tormento, y hacen mi deseo altivo ser cordero en el degüello; a que hablar de todo eso. A que hablar de los otoños, los veranos, los inviernos, esas primaveras llenas de irrepetibles deseos, de pensamientos oscuros, de miradas sin sosiego, de verbos que danzan solos y me dejan sin aliento. Porqué hablar de tantas cosas, de tantos círculos viejos, si lo que siento se dice muy rápido y en silencio, escucha estas dos palabras que me salen desde dentro tranquila y sencillamente amor, yo simplemente te quiero, yo simplemente te quiero, yo simplemente te quiero.