lunes, 23 de enero de 2012

El capital

Estoy harto de la hartura que me produce en esencia toda esta incompetencia que llena de nada la vida, que nos deja sin comida encantados de ser nadie, de no ser más que un desastre para poder ser sin más estado de bienestar y fuente de juventud. Aperitivo de hienas que nos han de quitar las penas haciéndonos tragar fuego tratándonos como perros a cuenta de tener ya la tele, el camping gas, la casita, el cochecito, un trabajo si es domingo y sobre todo salud, que no se compra en el cielo, que eso si que es un camelo, sino pagando entre todos ese médico especial, que nos hará sentir bien, y nos habrá de curar, que es la Seguridad Social. Dichosos somos hermanos de no tener ya piojos, de no hincarnos de hinojos y de ser libres por fin, inmunes a la sazón contra cualquier opresión. Pero produce excitación que ahora que libres ya somos seamos esclavos probos de otro que nos ha de dar alegría, bienestar y por fin esclavitud que alborozo ser al fin muy libre para servir, a mi amo principal. Que alborozo ser al fin muy libre para servir a mi amo el capital.

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