domingo, 7 de febrero de 2010

María

Convives con la soledad y sueñas con poder volar. Hay poco aún que recordar y todo por lo que luchar. Y aunque podría ser mejor no hay tiempo ya para el dolor.

1 comentario:

pepa salero dijo...

MIRADA IMPRESIONISTA

Había en el jardín ramilletes de luz, el sol atravesaba los colores del sotobosque. Al borde del bello estanque, un pescador solitario se adormecía dulcemente, su caña entre los brazos.

Era un día de verano ligero como un domingo, el aire era transparente bajo el claro follaje.
La felicidad estaba allí, apacible, entre las ramas y los movimientos reflejos de los árboles y los helechos.

El sol inundaba el borde del río, unas parejas abrazadas bailaban sobre el pontón. Cerca de las mesas repletas de botellas y de vasos, unas guirnaldas enganchadas colgaban bajo los balcones.

Una mujer de pie miraba algo, una chispa mágica en lo profundo de su mirada. Su brazo desaparecía bajo un ramillete de rosas. Estaba apoyada sobre un extraño diván.

Era el Gran Palais, sobre las telas de los maestros. Había un Monet y dos o tres Renoir. El corazón en los cuadros, yo me sentía renacer y cerrando los ojos podría volverlos a ver.

El mundo tiene la belleza de la mirada que en él se pone. El jardín de Monet, el sol de Renoir no son más que el reflejo de su visión de las cosas, en las que cada uno de nosotros puede ser el espejo.

La vida nos pinta los días a la ventura del viaje: con amor, dulcemente o con melancolía. Es un poco de este tiempo que nos deja en herencia, enriquecido con la mirada que sobre él se pone.

REGARD IMPRESSIONISTE. Yves Duteil