Y qué más da, setenta o cien, que el tiempo te acaricie, y te sea fiel, te sea amable y nunca cruel. Que toda la nostalgia, quede en el ayer, que seas lo feliz que puedas ser, y que el amor, sacie tu sed. Que la vida sea amable por una vez, y así podremos ver. Que tú habrás de ser la estrella que haya de volver, brillando en el atardecer, surcando el cielo que nos ha de proteger. El viento sur que da calor, el mar que baña nuestra voz, el sol ardiente que nos llena de pasión. Serás del tiempo la verdad, del mundo entero eternidad, serás el pájaro que quite oscuridad, el cielo azul, el ancho mar, el aire tibio que nos dé la libertad. Que seas feliz, en tu caminar.
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