No te he visto ir de aquí, poco supe más de ti hasta el fin, pero eso no quita la pena que llevo dentro de mí. El día calló, el tiempo lloró por ti, y ahora tendrás allí un lecho de rosas, la brisa sin fin, el sol que acaricia, las nubes que ríen y te hacen feliz, el mar que te baña, el sol que no abrasa, el viento te mece tu vida y te enseña que en ti todo ha de vivir. Te mando un abrazo hacia ese lugar, donde todo sueño se hará realidad, y solo decirte adiós sin más, que todo sea felicidad, felicidad, felicidad, felicidad. Amalia un beso, que vivas en paz, que vivas en paz, que vivas en paz, que vivas en paz.
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